Talleres se coronó tetracampeón y sigue haciendo historia

Fue una cita con la historia. Talleres llegó a esta final en un buen momento, tras haber clasificado tercero post eliminación de la Copa Santa Fe, dejando en el camino a Libertad en cuartos con una goleada y a Atlético Empalme, una dura encrucijada que terminó abriendo con dos fantásticos remates de media distancia. Ahora enfrente lo tenía a ASAC, que llegaba como el más ganador de la Liga y como un equipo de grandes jugadores que, en los últimos años, fue el que más asomó a darle pelea.

El primer encuentro fue una clara muestra de lo difícil que iba a ser el compromiso para el conjunto de Stagnari. ASAC, sin titubeos, se encargó de intentar anular a cada uno de los jugadores del Monstruo, por lo que el Gabino presentó un espectáculo muy cerrado y con pocas situaciones de gol que dejaba todo a merced de lo que sucediera este domingo en La República.

El colorido de la tarde fue impactante, como el de cada final. La popular calle Saavedra se fue poblando de hinchas que se dirigían hacia una tribuna o hacia la otra, cargados de una ilusión que dejaba en segundo plano cualquier final del Mundial que se haya jugado. Era la hora de lo local, y ya nada más importaba.

Los equipos salieron a la cancha y rápidamente se pudieron apreciar modificaciones con respecto al primer encuentro. En Talleres la única variante pasó por la inclusión de Maximiliano Heredia, que no había podido estar en la ida por lesión. Por el lado de ASAC, Cristian Morales pudo jugar tras estar suspendido y Santos optó por poner a Olsen por izquierda en lugar de Lázaro.

Los primeros minutos develaron lo que se esperaba: un encuentro trabado, jugado al mínimo error posible y donde cualquier detalle sería fundamental para inclinar la balanza para alguno de los dos lados. Sin duda, el que encontrara antes la llave para abrir el encuentro tendría una enorme ventaja sobre su rival.

Los primeros trece minutos se jugaron lejos de los arcos y la fricción ganó en protagonismo. Tal es así que el minuto 13 fue fatídico para los dos equipos. Jorge Ramírez vio la roja directa por una agresión sin pelota sobre Rodríguez, y, en la misma jugada, ASAC sufrió la expulsión de Bauza que se había metido con empujones al tumulto. En un minuto, Talleres perdía generación de juego y ASAC altura y solidez defensiva. Mientras, el encuentro ganaba temperatura.

La reacomodación de piezas tras las expulsiones no significó ningún cambio de jugadores. En el local, Flamenco pasó de la mitad de la cancha al lateral derecho y Attolini pasó a la zaga central con Heinzmann, mientras que Talleres se paró de la misma manera. El trámite del encuentro tampoco sufrió demasiadas modificaciones, ya que se jugaba como una verdadera final y no había demasiado peligro frente a los arcos.

Pero si un equipo podía cambiar la ecuación del partido y sorprender era Talleres. Tuvo una oportunidad, fue preciso y efectivo, y eso le dio la gran carta para abrir el partido. Fiel a su estilo, el Monstruo salió jugando con Alejandro Figueroa que dejó en el camino la presión de Morales con una buena pisada y jugó para Heredia, rápido de mente y preciso de piernas, Tachu tardó menos de un segundo para girar y sacar un pelotazo largo hacia Álvarez que llegaba al fondo por el sector izquierdo. Rodrigo había dejado en el camino a Flamenco con su velocidad y tiró el centro burlando la salida de Attolini. En el área, Rojo y Heinzmann mano a mano. Y se impuso el Gabo. Para anticipar. Para sacar el derechazo, y fusilar a Machuca. Todo empeine. Fue un golazo, con el sello de Talleres, que rompía el cero y empezaba a palpitar otra tarde de gloria cuando transcurrían 36 minutos de la primera mitad.

Sobre el final del primer tiempo, ambos tuvieron oportunidades de gol probando desde lejos. Primero fue Morales el que sacó un derechazo que se fue cerca del palo izquierdo de Riganti, que parecía tener todo controlado con la volada. Al minuto, Heredia probó tomando una pelota de aire que se fue cerca del ángulo de Machuca.

De cara al complemento, Santos mandó a la cancha a Cuenca, lateral derecho, que realizó una buena labor llegando varias veces al fondo por ese sector. La iniciativa la tomaba ASAC, obligado por la situación de tener que revertir la historia. Pero a los pocos minutos que comenzó el encuentro, un claro codazo de Heinzmann sobre Álvarez dejó a los visitantes con un jugador menos. Y parecía que 10 contra 9, Talleres tenía todo servido para asegurar su decimoquinta estrella.

Pero no. Porque ASAC  iba, con alma y corazón. Le faltaba profundidad y solo las pelotas paradas inquietaban un poco al Monstruo. Pero el resultado estaba a tiro, y el Picante dejaba todo en cada pelota. Lázaro y el hermano menor de Morales fueron los elegidos por Santos como las otras dos variantes. Los jóvenes talentos de ASAC iban por la gran misión de igualar la serie.

Al mismo tiempo que los minutos transcurrían y el Picante no llegaba a la igualdad, se agrandaban los espacios para una contra decisiva de Talleres, que lo pudo haber liquidado con una buena jugada de Mancini que Figueroa terminó con un derechazo bien contenido por Machuca.

De un momento para otro, Talleres comenzó a dominar la pelota ante un Athletic que se limitaba a correr detrás del balón y a desgastarse, dejando todo con un jugador menos. Y en el mejor momento del local, cuando faltaban 15 minutos, Maxi Asplanato vio la roja. Los signos de interrogante volvían a abrirse. La historia auguraba un final abierto con solo 18 jugadores en el campo.

Pero Talleres se propuso cerrarlo. Fue contundente, arrasador. Tuvo la fuerza del campeón y más resto físico para ir en el momento más difícil y liquidar la historia. Figueroa, que había avisado nuevamente con un remate que Cuenca sacó en la línea, tuvo la tercera. Y fue la vencida. Otra vez, Chuky definió la historia, como en el penal ante Unión de la primera final o el remate al ángulo de la segunda. Como el terrible tiro de media distancia en semifinales contra Atlético. Ahora fue entrando por izquierda y definiendo cruzado, Machuca tapó pero el rebote quedó corto y le quedó a Chuky que con el arco a su merced la puso en el segundo palo. Fue decisivo. El 15 le dio el decimoquinto título a Porvenir Talleres.

La euforia fue incontenible. Se vio en la cancha y en las tribunas. Abrazos, sonrisas, agradecimientos al cielo. Otra vez,  Talleres revalida la gloria, permanece en lo más alto de la región. Lo logró con fútbol, con trabajo, con talento. Fue de los jugadores, del cuerpo técnico, de los dirigentes y de la gente. Todo de Talleres. Con un sello que enaltece a la historia y un título que lo deja bien arriba. El Monstruo es tetracampeón y suma una estrella muy especial, que lo lleva a la cima de títulos en la Liga Regional del Sud.

Ficha del Partido- Final
Partido de vuelta

Goles: Gabriel Rojo y Gustavo Figueroa (P. Talleres)
Terna arbitral: Matías Santiago, Francisco Lasca y Martín Ramallo.
4º árbitro: Mauricio Lespinard
Resultado global: P. Talleres 2 ASAC 0

LOS NÚMEROS DEL CAMPEÓN

La era Talleres

Porvenir Talleres se convirtió en el primer equipo en ganar cuatro títulos consecutivos tras la aparición del Real de Arroyo Seco, que se quedó con todos los palmares desde el 2004 hasta el 2007. En este torneo, el Monstruo no sumó puntos en los dos primeros encuentros y luego enhebro una tremenda racha de 16 partidos sin conocer la derrota hasta ganar el campeonato.

Los más campeones

Un estreno imperdible

Por el ajustado calendario de la temporada, el fútbol de la Liga Regional del Sud no tiene descanso, por lo que el próximo domingo comenzará el Torneo Clausura y Porvenir Talleres abrirá el semestre nada más y nada menos que en el clásico de la ciudad ante Riberas en La República.