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Santa Rosa

Alfombras verdes para recibir al fútbol

El silencio en los clubes es ensordecedor y, a la vez, preocupante. Acostumbradas a escuchar piques, pelotazos o brazadas en el agua; a observar un ir y venir constante de deportistas de todas las edades; a acariciar a sus ídolos; a percibir el aroma del césped recién cortado, de la transpiración o de los vestuarios; a saborear el dulzor de las victorias o el amargor de las derrotas, hoy esas instituciones están vacías; prácticamente sin sentidos.
Por primera vez en su historia, los clubes pampeanos (algunos ya centenarios y otros en vías de serlo) sufren un parate total desde hace ya casi un mes, lo que ha golpeado su vida diaria y al mismo tiempo resquebrajado sus economías.
Atendiendo a las recomendaciones del Gobierno provincial y el nacional, la mayoría de las instituciones cerraron sus puertas el 16 de marzo, unos días antes de que se decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio a causa de la pandemia del coronavirus, y permanecerán así al menos hasta el domingo 26 de este mes.
Mientras tanto, los dirigentes hacen malabares para cumplir con sus obligaciones debido a que para la mayoría de los clubes los ingresos provienen del pago de las actividades que realizan sus deportistas, que desde hace casi un mes no pueden hacerlas.
Y en ese contexto de inactividad de todas las disciplinas, la del fútbol es particularmente sensible para gran parte de las instituciones, porque es la que más cantidad de gente mueve y, para algunas, es su principal o único sostén.
Además, en el caso de la Liga Cultural de fútbol la actividad se detuvo luego de jugarse la primera fecha del torneo de Primera División, el 8 de marzo, por lo que todos los equipos quedaron varados en el inicio del recorrido, con los planteles armados y las ilusiones intactas como en cada comienzo de temporada.

Una buena.
En medio de tantas pálidas, el parate obligado por la pandemia terminó beneficiando uno de los puntos más flojos desde siempre en el fútbol lugareño: los campos de juego.
Históricamente castigadas por el clima, los suelos, el agua, la falta de cuidados o el ajetreo diario, las canchas de Santa Rosa y la zona pocas veces estuvieron cubiertas de césped o gramilla como ahora.
Algunas lluvias oportunas, el sol del final del verano y el comienzo del otoño y, especialmente, la inactividad, permitieron un reverdecer de cada uno de los terrenos de juego, en su mayoría cuidados por algún canchero que vive en el club y cumple con la cuarentena en el lugar, o por algún empleado o dirigente que cuenta con el permiso necesario para recorrer y cuidar de las instalaciones de su club de manera periódica.
Con el hastag #QuedateEnCasa y el mensaje «Nuestra casa nos espera así de verde», el Club Atlético All Boys publicó en los últimos días en su cuenta de Facebook unas imágenes del terreno del estadio Dr. Ramón Turnes, totalmente reluciente. El piso alboyense, uno de los mejores de los últimos años por los trabajos y el cuidado que le han dedicado (pasó de ser la cancha marrón a la verde), está hoy quizás mejor que nunca, esperando por pelotas que empiecen a rodar.
Otro club que le dedicó una palabras a sus terrenos fue el Deportivo Mac Allister, que destacó en sus redes «el lado positivo» de la pandemia mostrando un verde impecable. «Nuestras canchas hoy. ¡El lado positivo de todo esto es que volveremos mejor que nunca! Este es el estado de nuestras canchas, ¡estamos con muchas ganas de volver!», publicó el Depo bajo la firma «Semillero Pampeano».
El Miguel Eloy Baldovino del Deportivo Winifreda es otra muestra de que con trabajo y paciencia es posible tener una cancha en óptimas condiciones. Un grupo de jugadores, allegados y dirigentes alcanzaron a resembrar el terreno antes del inicio de la cuarentena y hoy los resultados son excelentes, con una alfombra verde esperando por el regreso de la actividad.
Igual de verde está el Mateo Calderón de Atlético Santa Rosa, una cancha que fue reacondicionada el año pasado para ser sede de los Juegos de la Araucanía (entre otras labores se le instaló el riego por aspersión) y que hoy está quizás más linda que nunca en su historia. Ya para el inicio del torneo (el Albo recibió a General Belgrano el 8 de marzo) se mostró en buenas condiciones y hoy, con más de un mes de descanso, está aún mejor.
El terreno del estadio Nuevo Rancho Grande del Tricolor de Santa Rosa es otro que brilla por estos días. Con grandes mejoras en los últimos años a partir de muchos trabajos, la cancha terminó de acomodarse durante este parate y promete un colchón para que la pelota circule como se merece.
La cancha del Deportivo Rivera es otra de las que por estos días se mostró reluciente. En una región en la que los terrenos habitualmente tienen pisos en mejores condiciones que los de Santa Rosa y sus localidades cercanas, la del Rojo es una muestra clara, como también lo son varios escenarios de la Zona Sur como los de los equipos de Guatraché, General San Martín o Bernasconi.
Así, con la pelota parada hace más de un mes, y mientras crece la incertidumbre acerca de cuándo volverá a rodar en el ámbito de la Liga Cultural (ya avisaron que los torneos locales se reanudarán recién cuando se pueda jugar con público), hay al menos uno de los protagonistas que se está vistiendo de gala y preparando la alfombra verde para que, cuando estén las condiciones dadas, empiecen a desfilar los actores principales.

Fuente: Diario La Arena

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