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Villa Constitucion

Talleres eliminó a Atlético y va por el tetracampeonato

El Monstruo superó al Verde por 2 a 0 con dos golazos de Maximiliano Heredia y de Gustavo Figueroa para acceder a su cuarta final de manera consecutiva, donde se enfrentará con ASAC rememorando la inolvidable definición del 2014.

La tarde de sábado iba quedando atrás y, mientras la hora del partido se acercaba, la expectativa era aún más grande. Los hinchas del Monstruo y del Verde acudían ansiosos a vivir la vuelta de la serie  que dejaría a uno de los dos en la gran final del Torneo Apertura.

La ida había dejado un panorama muy cerrado, pocas chances de gol y a Mariano Botti como una pieza clave al sacar tres jugadas claras de gol. El 0 a 0 dejaba mejor parado al equipo tallarín, que había tenido una buena actuación y que, además, tendría la ventaja de ser local.

De cara al encuentro de vuelta, la estructura no cambió. Los dos equipos salieron a la cancha con los mismos titulares y el planteo no varió demasiado de lo que se había visto en el primer encuentro, con el equipo visitante centrado en contrarrestar los buenos movimientos ofensivos del equipo tricampeón.

El arranque del juego ofreció muy poco, con Porvenir Talleres yendo por la iniciativa del juego ante un Atlético replegado, que ocupaba bien los espacios y apostaba a una contra con la habilidad de Medina y la contundencia de Landriel. No había demasiado espacio para jugar, y el espectáculo entretenía más por lo emocional que por lo estrictamente deportivo.

Las llegadas de la primera mitad fueron más aproximaciones que situaciones de gol. Heredia probó con un tiro libre que pasó cerca y la gran polémica de la tarde se dio con un gol anulado a Rodrigo Álvarez por una supuesta posición adelantada y ante la protesta de todo el plantel tallarín que aseguraba que el delantero había partido habilitado.

Al igual que en el primer encuentro, el Verde se mostraba sólido en defensa y para eso resignaba mucho en la parte ofensiva. La única aproximación clara llegó con un pelotazo largo para Landriel que Riganti salió a cortar de manera oportuna, anticipándose al delantero.

Rodrigo Álvarez aguanta la pelota ante la marca.

El complemento presentó, desde el primer minuto, el mismo panorama. Pero Talleres es un equipo con una variedad de recursos ofensivos interminables y, otra vez, pudo abrir una historia que parecía muy cerrada, para quebrar el marcador definitivamente y encaminar el rumbo hacia su cuarta final consecutiva.

La llave la tuvo Maximiliano Heredia, a los 9 minutos del segundo tiempo, y, como no podía ser de otra manera, fue con un golazo de media distancia. Una obra inolvidable que hizo temblar al arco que da a la calle popularmente llamada Saavedra. Tachu tomó la pelota en tres cuartos de cancha, controló con el pecho y con la pelota en el aire sacó un derechazo fortísimo que se dirigió directamente hacia el ángulo izquierdo del casi imbatible Mariano Botti.

La ventaja tallarina le rompió todos los esquemas a Atlético Empalme, que ahora debería ir en busca de la igualdad y cederle más espacios al conjunto local, que pasaba con el marcador y el cronómetro a su favor. Castellarin mandó a la cancha a Facundo Pereyra como primera medida, el Verde comenzaba a jugar sus últimas cartas en busca de la igualdad.

Sin embargo, el Monstruo no tardó en liquidar la historia. Minutos más tarde del gol de Heredia, Figueroa sacó un zurdazo de media distancia tras la salida de un tiro de esquina y la puso en el ángulo derecho de Botti. Letal, decisivo. No había más que contar. El abrazo de todo el plantel saboreaba la gloria. Porvenir Talleres estaba con los dos pies en la final.

En una de las pocas llegadas de Atlético Empalme, Berti llegó al descuento, pero el tanto fue anulado. Los minutos se fueron consumiendo y Talleres continuó dominando las acciones. Ciarroca y Hernández entraron unos minutos y tuvieron chances para ampliar el marcador, pero Botti respondió bien y la historia culminó 2 a 0.

Porvenir Talleres vuelve a ser finalista y va por su cuarto título consecutivo. Esta vez, el rival será ASAC, mismo rival de la final inolvidable de 2014 y de la apretadísima serie de semifinales del año pasado. Talleres suma, sigue y no se conforma. La historia y la gloria los vuelve a encontrar a un paso de distancia.

Cristian Guerra siempre clave en la tenencia y la recuperación del mediocampo tallarín.

Ficha del partido- Semifinales

P. Talleres 2 A. Empalme 0

 

Goles: Maximiliano Heredia y Gustavo Figueroa (P. Talleres)
Árbitro: Sebastián Covasevich
Resultado global: Porvenir Talleres 2 – Atlético Empalme 0

 

ASAC eliminó a Riberas por penales

La Academia jugó un partidazo y se impuso en la vuelta por 1 a 0 con gol de Darwin Barreto, que igualó la serie. La historia fue al alargue y a los penales, donde finalmente se impuso el Picante, que volverá a jugar una final tras tres años.

El domingo gris y con amenaza de lluvia contrastaba con el color que había en las tribunas. Riberas y ASAC se medían en busca del último pasaje a la final, donde ya esperaba Porvenir Talleres. La cantidad de jugadores de buen pie prometían un verdadero partidazo y el 1 a 0 cerrado de la ida dejaba la serie abierta para una tarde que estaría cargada de emoción.

Riberas salió a la cancha con un recibimiento impactante por parte de su gente. Scheggia debía suplir importantes ausencias como las de los laterales, que estaban suspendidos, y Natanael Pereyra, que había sido expulsado. Para eso, formó una línea de tres con Nievas, Ramos y Fabbi, y pobló el mediocampo con cinco hombres que le daban garra y buen pie: Cruz Ramos y Lara, que estaba más adelantado. Reynoso y Fernández a los costados. Adelante los habituales Lovotti y Barreto.

ASAC, en tanto, modificó muy poco con respecto al primer encuentro. Vera, que había sido expulsado, fue reemplazado por Gianfranco Cuenca, mientras que Attolini ingresó en defensa y Solari pasó al mediocampo, lugar del que salió Alan D’Alfonso.

La Academia no daría tregua en busca de la igualdad y no tardó en salir al ataque, con una táctica acertada que pobló bien todas las zonas del campo y con jugadores que salieron a dejarlo todo desde el primer minuto, Riberas fue en busca de revertir la historia en su estadio, frente a toda su gente.

La primera emoción no tardó en llegar. Barreto bajó bien una pelota y abrió para Fernández que ingresó al área por izquierda, giró y fue derribado. El árbitro no dudó en cobrar penal. Barreto tomó la pelota con seguridad, cruzó el remate y convirtió el primer gol del encuentro. La serie ya estaba empatada desde el vestuario. Riberas sorprendía con mucho por jugar.

Los minutos posteriores al gol siguieron con su ritmo arrollador. Agustín Lara, muy movedizo y participativo, pudo ampliar el marcador con un remate de media distancia que pegó en el palo. Los instantes marcaron una superioridad del conjunto de Scheggia, que sorprendió al visitante y lo complicó.

Tras la intensidad de los primeros minutos, el encuentro se equilibró. ASAC tuvo un par de llegadas sin llevar demasiado peligro, hasta que comenzaron a llegar con pelotas paradas. Lo tuvieron entre Papaleo y Nievas tras un centro frontal de Lara, y Ovando cabeceó al palo tras un tiro esquina desde el sector izquierdo. El marcador caminaba la cuerda y un gol sería fundamental.

Pero el primer tiempo se fue con una buena tapada de Machuca sobre Lovotti, que ingresó sólo por derecha. Riberas jugó una buena primera mitad, hizo el gasto y llegó a la igualdad de manera rápida. A pesar de que se mostró superior a ASAC, la historia siguió igualada.

Gran partido de Barreto, goleador y figura del equipo.

En el segundo tiempo el Picante arrancó con la pelota y Riberas apostó a un juego más directo. Sin embargo, ninguno de los dos conseguía los espacios suficientes para generar peligro y el juego pasaba más por lo emocional que por futbolístico. Pasaban los minutos y los equipos dejaban todo por la clasificación. No hubo demasiadas situaciones claras y el juego fue directamente al alargue.

Parecía difícil que el marcador se rompiera por lo cerrado que estaba el trámite. Gauto ingresó por Lovotti en la ofensiva y D’Alfonso le dio movilidad al mediocampo de ASAC. Pero los espacios no sobraban. El juego trámite comenzó a desvirtuarse con la expulsión de Franco Fabbi por doble amonestación, mientras que en una jugada detenida tanto Reynoso como Ovando vieron la roja directa. 10 contra 9 y a jugar lo que quedaba.

Los dos lo pudieron ganar antes. Sobre el final de la primera mitad, un centro encontró a Darwin por adentro que se impuso y sacó un potente cabezazo. La pelota no salió muy esquinada y Machuca pudo despejar sin problemas. Después, sobre el final del tiempo reglamentario, Cabral lo tuvo sobre la hora y Castillo tapó bien abajo. Se gritó como un gol. Riberas y ASAC fueron derecho a penales.

En la definición, Morales arrancó convirtiendo y Lara el remate de Lara se fue por encima del Travesaño. Luego fueron todas conversiones: Santamaria, Gauto, Attolini, Vega, Solari y Cruz. Hasta que llegó el turno de Cabral, que había sido el encargado de definir la serie de los cuartos ante Central Argentino. Otra vez, el delantero convirtió y le dio el pase a la gran final del Clausura.

De esta manera, Riberas cerró su participación en el torneo, donde tuvo actuaciones sublimes que lo llevaron dar pelea hasta el último minuto. Los penales lo dejaron con las manos vacías en una llave donde se pudo haber llevado algo más. No hubo más que aplausos y reconocimiento a un gran equipo que estuvo a la altura de cada partido y que sueña con mantener el protagonismo en el Clausura.

Agustín Lara fue clave en la creación de juego.

Síntesis del partido

 

Riberas 1 ASAC 0


Gol: Darwin Barreto (Riberas)
Terna arbitral: Walter Martínez, Damián Romero y Leonel Franco.
Resultado global: Riberas del Paraná 1 (3) ASAC 1 (5)

 

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