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Termas de Rio Hondo

La historia de “Bamba”, el primer jugador africano de la Liga Termense de Fútbol

Buscando un futuro mejor, llegó a Argentina en el año 2012. Trabajó como vendedor ambulante en Buenos Aires y en diferentes ferias del país. Desde el 2017 tiene un puesto en Las Termas.
Por: Eduardo Carrizo

En agosto del año pasado, jugando para el Club Atlético Sebastián Legresti, Khadim Fall convirtió un penal, y se transformó en el primer jugador de otro continente en anotar un gol en un Torneo de Primera División de la Liga Termense de Fútbol.

En su segundo campeonato consecutivo con este club, Bamba se ha convertido en un referente de ese equipo que lucha para entrar a la liguilla. Alienta a sus jugadores, discute con los adversarios, los árbitros, sigue marcando goles.

¿Pero cómo llegó a Argentina y a Las Termas? ¿Quién es ese joven africano que saluda, habla, sonríe y comparte como un termeño más?

La solidaridad de la comunidad senegalesa en Argentina 

“Bamba” nació en junio del año 1989 en Dakar, capital de Senegal. Mientras su padre trabajaba en una fábrica en Italia, él vivía con su madre y sus dos hermanos en una casa del barrio Gediaway.

Completó sus estudios primarios y secundarios, jugó a la pelota en la Academia Piscine Olimpyque, y cursó dos años de Licenciatura en Biología. “Dejé de estudiar y como en Senegal es difícil conseguir un trabajo digno, tenía amigos que ya vivían acá que me contaban que les estaba yendo bien, y me vine a Argentina” recordó.

Khadim llegó a Buenos Aires en el año 2012. Sus amigos lo fueron a buscar, le dieron alojamiento, y le prestaron dinero para que comprara anteojos, y vendiera en las calles de Constitución. “La mayoría llegamos sin un peso, la comunidad senegalesa nos recibe y nos ayuda” destacó. “Cuando llegué no sabía ni qué significaba “hola”, así que al principio hablaba en francés, me comunicaba con señas: señalaba los anteojos y decía $50” cuenta sonriendo. “Pero en la calle se aprende de todo, y aprendí a hablar español”.

“Antes no te hacían tantos problemas como ahora, y trabajé normalmente –siguió-. Todos los sengaleses vinimos a trabajar, ninguno estaba detenido por robar o vender drogas, así que a todos nos legalizaron”.

Después de un largo tiempo en la capital de la república, comenzó a trabajar en ferias que se realizaban en distintas provincias del país. “Una vez, en Córdoba, terminó la feria y no quería estar sin trabajar, así que salí a vender por el centro. Vinieron policías, me quisieron quitar las cosas, me resistí, y me demoraron 72 horas, hasta que me sacó un abogado que conocí trabajando en la calle. En Buenos Aires algunas veces me quitaron las cosas, pero nunca me había pasado eso”.

A pesar de esta situación, al salir, siguió luchándola. En una feria que se realizó en Tres Arroyos, conoció a unos feriantes oriundos de Tucumán que perdieron un celular. Él lo encontró, lo devolvió, y se hicieron amigos. “Ellos me dijeron que en Las Termas se trabajaba bien en invierno, así que en el verano 2017 terminé de trabajar en la costa y me vine para acá”.

“Se discrimina más por ignorancia que por maldad”

Al llegar a Río Hondo, Kadhim vio un cartel en el parque pulgarcito que decía: “Prohibida la venta ambulante”. Para no tener problemas, decidió alquilar un puesto en la feria Libertad. “En la calle me va mejor económicamente, pero con el puesto estoy más tranquilo” reflexionó “y como me quiero nacionalizar, no quiero tener problemas”.

En la ciudad termal conoció a Ariel Legresti quien lo invitó a jugar a la pelota. En ese grupo lo integraron, hizo amigos, y se hizo conocido en el ambiente futbolero y en la sociedad. “Me siento bien en el equipo, los changos me escuchan y con los rivales nos decimos cosas pero todo queda en la cancha” sonríe.

Lamentablemente, como pasa en muchos lugares del mundo, en Argentina a “Bamba” también le dijeron: “negro de mierda ándate a tu país”. “Aquí me lo dicen algunos en la cancha pero lo entiendo como algo del fútbol, porque después termina el partido y me saludan, hablamos, todo bien. En Buenos Aires era más duro, pero estamos preparados para soportar eso, sabemos que es algo que nos puede pasar. A veces te discriminan más por ignorancia, que por maldad”.

Bamba habla 5 idiomas: inglés, francés, olof –dialecto africano- portugués, y ahora castellano. Le gusta leer, escribir, es un joven culto. “Mi país era una colonia francesa hasta el año 1960, pero después de nuestra independencia política, los empresarios franceses siguieron siendo los dueños de muchas de nuestras riquezas como el petróleo, el oro, nuestros políticos no hacen las cosas bien, así que somos uno de los 25 países más pobres del mundo” analizó.

“Cuando hay crisis, es más difícil para los inmigrantes. Por lo que está pasando en Argentina ahora, cuando quiero mandarles dinero a mis padres tengo que cambiar de pesos a dólares y tengo ganas de llorar” comenta irónicamente. “Pero espero que la situación mejore porque si al país le va bien, a mí me va a ir bien”.

Fe

Casi todos los ciudadanos de Senegal son musulmanes y los ancianos de esta religión, conocidos como “bambas”, mantienen la paz en la comunidad. “A algunos les digo que soy musulmán y tienen prejuicios” contó. “No entienden que nuestra fe no tiene nada que ver con el terrorismo. Si alguien mata a una persona es un delincuente, no un musulmán. Ninguna religión enseña que hay que matar a otra persona. La maldad no depende de la religión”.

“Las Termas es una de las ciudades más lindas de Argentina porque todos son trabajadores, no se ven tantas diferencias entre ricos y pobres. Pero si hace más calor que en Senegal” apuntó con una sonrisa.

A pesar de que se encuentra bien en Argentina, confiesa: “Extraño a mi familia. Más a mi mamá y a mi hermano mayor que era mi compañero, espero poder volver un día y poner mi propio negocio”.

Como Khadim, muchos termeños se van a otros lugares con la esperanza de encontrar un trabajo y tener un ingreso, que les permite volver a casa con sus seres queridos, y tener un futuro mejor.

Fuente: vocesderiohondo

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