General Pico
Juventud desató la fiesta de un pueblo
Juventud Regional cortó una racha muy larga sin poder dar una vuelta olímpica. Ayer, en el ‘Fortunato Echeverría’ se consagró campeón de la Copa Liga Pampeana de Fútbol, un certamen complementario del calendario principal anual o preparatorio para los torneos mayores, pero que año a año se torna muy competitivo y para nada resulta tarea fácil ganarlo.
La ‘Juve’ lo sabe muy bien, porque lo intentó sin éxito en otras temporadas, pero en esa se hizo fuerte, superó todos los inconvenientes y con un plantel que ya viene armado de torneos pasados, consiguió darle una enorme alegría a todo el pueblo de Miguel Cané que seguramente prolongará todo lo que pueda este festejo.
Remarcando lo difícil de ser campeón en este certamen como en cualquier otro, esto quedó reflejado en la final que disputó con Ferro de Realicó, donde no se pudieron hacer un gol en los 180 minutos de juego (partido y revancha) debiendo llegar a los tiros penales donde, ahí si la diferencia fue clara ya que los pateadores de la ‘Juve’ metieron los tres primeros penales y los de Ferro no embocaron ninguno.
Antes de esta dramática definición desde el punto del penal, hubo un partido muy luchado, muy parejo, que hizo madurar antes del final que esto terminaría en los penales.
En el arranque del partido fue el dueño de casa el que propuso. No se había cumplido un minuto de juego y ya Franco Vázquez había tenido la chance de probar de afuera, pero su remate se fue desviado. También Franco fue el que estuvo cerca de loa conversión antes de cumplirse los primeros diez minutos de juego, esta vez captando mal un centro de la derecha que metió su hermano Cristian.
A Ferro le llevó casi todo un tiempo adaptarse a un terreno difícil, no sólo porque el piso no es bueno, sino porque es una cancha de dimensiones reducidas, donde es fácil achicar espacios o desbaratar cualquier intento de juego por abajo.
Juventud lo conoce más que nadie a este estadio por lo tanto intentó buscar sin descanso a la dupla de arriba, Franco Vázquez y Cristian Baldissoni, en lo posible metiendo rápidamente en campo rival a toda la línea de volantes.
Lo de Desch en esa primera parte fue muy bueno, cortando los intentos visitantes, bien definido como un número 5. Ferro, recién promediando esa etapa, cuando ‘Pali’ Orellano pudo encontrarse con la pelota, le juego realiquense apareció por el sector izquierdo donde Brian Roldán buscó ser salida y Bobbiesi se asoció a los dos para intentar llegar al fondo o al área local.
Pero todo fue muy tibio como para que uno no entienda el marcador sin goles. Porque es cierto que en una final se busca no cometer errores más que arriesgar en intentos ofensivos, pero igualmente uno pensó que en, ya en la revancha, los dos iban a proponer algo más que correr, meter y no equivocarse.
En el complemento, Ferro pareció arrancar mejor, ahora siendo sus volantes los que ganaban el volumen de juego, Juventud, no llegó a reaccionar que se quedó con un hombre menos, porque a los 7 minutos, Desch le fue muy fuerte a Bobbiesi, y Morón no dudó el sacarle roja directa y así dejarlo al dueño de casa en inferioridad numérica.
Igualmente a Ferro le costó hacer valer ese hombre de más, pero lo fue consiguiendo al liberar a los dos marcadores de punta: Carripilón como un atacante más por derecha y Roldán acopándose al trabajo de volantes con la dupla Lobato y Orellano.
De esa manera el protagonismo lo pasó a tener el equipo de Obenloch, algo que aceptó Costantino replegando las líneas de contención y esperando que la solución pasara por acertar en una buena contra.
En esa postura, Baldissoni y Vázquez quedaron muy solos arriba y por el lado visitante la presión se dio pero llegó hasta la puerta del área y no mucho más ya que los dos centrales (Jiménez y Outerello) no fallaron nunca, controlaron a Altamirano y compañía, sacando el peligro a donde sea, pero siempre lejos de Urigüen.
Es cierto que Ferro también sufrió la expulsión de un jugador, Marcos Tobares, por falta a Cristian Vázquez ya estando amonestado, pero eso se dio muy cerca del final, por lo que no gravitó en el juego.
De esa manera se consumió todo el tiempo y los penales se transformaron en la opción para que haya un ganador y a la vez un campeón de la Copa.
En esa definición todo arrancó bien para el local ya que Urigüen le tapó con todo su cuerpo el remate a Canale, que buscó más el centro del arco que otra cosa. Atrás, Cristian Baldissoni puso toda su capacidad goleadora para que Leguizamón no tenga ninguna chance y de esa forma empezar a sacar diferencia para la consagración local.
El remate de Orellano, pegó en la parte alta del palo derecho, muy cerca del ángulo donde Cristian Vázquez colgó la pelota para el 2 a 0 parcial en favor de la ‘Juve’.
La serie se terminó en el tercero, cuando Lobato buscó el otro palo de Urigüen y lo encontró, porque en realidad la pelota pegó en ese parante izquierdo y se fue afuera.
Así, con la ‘mesa servida’, Outerello no falló y clavó el 3 a 0, inalcanzable para que se desatara la fiesta soñada en el ‘Fortunato Echeverría’, viviendose una emoción que estaba contenida desde varias décadas, porque los memoriosos dicen que hay que remontarse al inicio de la década del 80’ para hablar de un campeonato celebrado por Juventud.
En definitiva, vamos a coincidir con los que remarcan que este es un torneo complementario, que los ‘porotos’ se empezaron a contar con las competencias que arrancan en junio, donde Juventud Regional, como Ferro de Realicó buscarán volver a Primera.
Claro que salir campeón siempre es lindo, emocionante e inolvidable, y esas sensaciones hoy las vuelve a tener la gente de Miguel Cané, luego de tanto tiempo.
Fuente: Diario La Reforma